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Noticias del convento franciscano de Betancuria, 1602-1835

Noticias del Convento de Betancuria, siglos XVII-XIX

Los franciscanos que moraron en este cenobio de Fuerteventura compartieron, por lo general, las miserias y calamidades del pueblo llano. El censo de hermanos aumentaba o disminuía en función de que los años agrícolas fueran buenos o malos… Los frailes de la Orden Seráfica, aún rotando entre sus conventos, al llegar a nuestra tierra, entendieron como nadie el paisanaje y la sociedad de la isla desde la apertura de su casa en las primeras décadas del siglo XV. Acercarnos someramente a esta comunidad y poner nombre a algunos de de sus miembros es el objeto de nuestro artículo. Y lo hacemos de la mano del P. Inchaurbe, con el respeto y la nostalgia de lo que pudo ser esta tierra en aquellos ya lejanos tiempos en que habitaban entre nosotros y predicaban en nuestras fiestas.

En 1520 fue decretada la erección de la Custodia de los conventos de Canarias, llevándose a efecto en capítulo provincial celebrado en Córdoba en 1522, con la debida dependencia de la Provincia de Andalucía.
Mientras fue custodia fueron nombrados custodios por la Provincia de Andalucía: Pedro Mejía, Juan Sarso, P. Ricardo G. de La Laguna, P. Lebrija, P. Santaella, P. Francisco Santasilla, P. Pedro de San Francisco, P. Pedro de Sevilla, P. Pedro Hermosel y P. Gaspar de Lora.
En capítulo general de la Orden, Salamanca 1553, los conventos de Canarias fueron constituidos en Provincia con la condición de que los tres primeros provinciales fuesen de la Provincia de Andalucía.
Los doce primeros provinciales de Canarias fueron: P. Pedro de San Luís, P. Juan de Santa María, P. Juan de San Francisco, P. Vicente Marrero, P. Cristóbal Inglés, P. Gaspar de San Buenaventura, P. Antonio de Cuevas, P. Luís de Argumedo, P. Baltasar de Santa María, P. Bernardino Ramos, P. Bartolomé Casanova, P. Salvador de San Francisco. Algunos estuvieron en Betancuria.

Y en cada convento su guardián. Eran presidentes los hermanos que se nombraban para suplir a los guardianes por ausencia o por cese de éstos en su cargo. Los presidentes in capite suplían a los guardianes que acudían a capítulo provincial y gobernaban el convento hasta la toma de posesión del superior elegido en Capítulo. Los residentes absolutos, por su parte, eran nombrados cuando se producía el cese del cargo de guardián.
Fórmulas del gótico en la ermita de San Diego, próxima al convento de Betancuria. [Foto aportación de  Paco Cerdeña]

Hasta la constitución de la Provincia Franciscana de Canarias en la primera mitad del siglo XVI poco sabemos de los monjes de la Villa de Fuerteventura, y aún después, hasta principios del XVII. Sabemos que predicaron en las festividades de las distintas iglesias y ermitas de la isla pues en sus cuentas se cita a quienes sermonearon en cada año, que asistieron a los enfermos y que enseñaron primeras letras… Las noticias de los acontecimientos del siglo XV, cuando en Betancuria se mezclaban las razas y las lenguas (normandos, portugueses, castellanos, aborígenes, moriscos…), habrá que desgranarlas de las pistas que arroja la bibliografía o esperar a que nuevos archivos desvelen los orígenes de este cenobio que, como sabemos, se fraguaron lejos de nuestra isla y en el marco del Cisma de la Cristiandad.

De comienzos del siglo XVII hasta su disolución en 1835.

Entre 1602 y 1605, siendo provincial el P. Juan Zurita, desarrolló el cargo de vicario de Betancuria el P. Luís de Lugo.
Entre 1606 y 1609 fue provincial de Canarias el P. Luís de Quirós, que visitó Betancuria al principio de su mandato, y al que debemos una primera descripción de nuestro convento: …es el Convento de Fuerteventura un gran santuario y de notable devoción… Tiene algunas obras, las cuales es tradición hizo el glorioso San Diego por su mano, como es el coro y rejas de él, un dormitorio… y la primera celda es de San Diego… También es memorable por la Cueva de San Diego, por una cruz grande que trajo consigo, y puso a la entrada de la iglesia; un pozo que hizo por sus manos…En diez días que estuve en aquel convento….
De 1609 a 1613, siendo provincial el P. Salvador Perdomo, fue guardián de Betancuria el P. Jacome Aneice Colombo.
De 1613 a 1616, siendo provincial el P. Álvaro Yanes, fue guardián de San Buenaventura el P. Antonio Pérez Rosado.
Entre 1619 y 1622, siendo provincial el P. Luís Perdomo, ejerció de guardián el P. Diego Solís.
En 1625, apareciendo como provincial el P. Lope Ortiz Navarro, se recoge lo siguiente: En un cuaderno de la Tercera Orden que contiene las elecciones y patentes de informaciones y que fue hecho por el P. Miguel Jerónimo Naranjos, siendo Guardián de Fuerteventura, consta que por acuerdo de la isla de Fuerteventura con su regimiento (antiguo cabildo) y clero, se obligaron los isleños a guardar por día festivo bajo pecado mortal el día de San Buenaventura y a sacarle en procesión por las calles de la Villa con la autorización del Obispo Fray Juan de Guzmán, por su decreto de 2 de septiembre de 1626. Fue esta la institucionalización de la festividad que cada 14 de julio nos recuerda, además la incorporación de la isla a la Corona de Castilla, procesionando, junto al santo el pendón de la conquista.
Entre 1638 y 1641 desarrolló su provincialato el P. Francisco Canino de Espinola, periodo en el que ejercía como guardián de Los Realejos el P. Gonzalo Temudo, y en el que se nos dice que a 20 de julio de 1639 la comunidad de San Buenaventura de Betancuria la integraban los siguientes religiosos: Nicolás Oropesa y Torres, predicador jubilado y guardián; Antonio Cabrera, predicador conventual; Andrés González, predicador conventual; Vicente Romero, presidente y predicador; José de la Concepción, predicador; Martín Peñate, predicador; Domingo Hernández, José Bautista y Francisco Suárez, hermanos.
Entre 1647 y 1651 desarrolló su provincialato el P. Juan de Medina, tiempos en que se fundó (1648) el convento de San Diego del Monte, cuyo primer superior fue el P. Gonzalo Temudo.
Entre 1651 y 1654 ejerció el provincialato el P. Gonzalo Temudo. Fue guardián de Betancuria el P. Diego de la Cruz.
Entre 1654 y 1657 fue provincial el P. Manuel Arias, siendo guardián de Betancuria el P. Luís Salazar.
De 1657 a 1661 se produjo el provincialato del P. Juan García del Castillo, siendo guardián de Betancuria el P. Juan Marrero.
De 1661 a 1664 fue provincial el P. Gonzalo Temudo quien se retiró a Betancuria “por su devoción a San Diego, llegando al convento de San Buenaventura el 10 de agosto de 1668”. Trajo consigo para la iglesia de la cuevita de San Diego una cruz de terebinto que había tocado en todos los santuarios de Tierra Santa, que le fue entregada con otras reliquias por el P. Salvador de San Nicolás.
La congregación provincial se celebró el 7 de abril de 1663 en Icod bajo presidencia del P. Gonzalo Temudo, y allí se llevó a cabo la tasación de los moradores que había de tener cada convento, correspondiendo a Betancuria, 12.
Durante el provincialato del P. Diego Grimaldo, 1664-1667, fue presidente de Betancuria el P. Juan Albertos (1667).
La ermita de San Diego, según la reconstrucción y ampliación que sufrió en la década de 1670, vista desde el Convento de San Buenaventura, Betancuria. [Foto aportada por Paco Cerdeña]

Entre 1667 y 1670 fue provincial de Canarias el P. Luís de Silva, y guardianes del convento de Betancuria los PP Francisco Pérez del Villar y Miguel de Alcántara. Durante el trienio se producen importantes obras en el entorno franciscano de San Buenaventura: “…por ser la cuevita de San Diego tan estrecha que sólo cabían en ella unas quince personas, determinó el P. Gonzalo Temudo [retirado en Betancuria desde 1668] agrandar la capilla de ella en 1669, comenzando los trabajos previos de conseguir piedra, madera y otros materiales para la fabricación del templo. En el año de 1670 comenzó la fábrica y se pusieron los cimientos y en mayo de 1671 llegó el maestro de obras Julián Sánchez Carmona, hermano o pariente del P. Pedro de Carmona, desde La Palma y con cuatro oficiales más terminaron las paredes y los arcos. El labrado y colocación de maderas estuvo a cargo del hermano Fr. Gaspar Crespo, oficial de carpintería, a quien le ayudó Lucas Gutiérrez. Para noviembre del mismo año ya estaba terminada la capilla mayor, que se bendijo con una función solemne y asistencia del Señor de la Isla don Fernando Arias y de gran número de fieles de toda la isla. Cantó la misa el P. Pedro de Carmona predicador de Fuerteventura y Lanzarote y a continuación dijo otra rezada el P. Temudo.”
Durante el trienio 1673-1677 ejerció el provincial P. Mateo de Aguiar, quien falleció en dicho periodo, siendo sustituido como vicario provincial el P. Juan Machado; fue guardián de San Buenaventura el P. Pedro Carmona. De esta etapa nos llegan nuevas noticias: En 1674 falleció d. Fernando Arias de Saavedra y continuando la tradición de su familia fue enterrado en la capilla mayor de San Diego de Betancuria, donde tenía su sepulcro, junto a la Santa Cueva. En esta cueva habían sido enterrados también don Gonzalo de Saavedra, don Andrés Lorenzo, señores de la Isla y la mujer de éste, doña María de la O Mújica.
“En Betancuria el P. Carmona levantó desde cimientos la iglesia de San Buenaventura, apartándola del risco, que tanto daño hacía a la antigua. Toda la iglesia con sus arcos y capilla, lo mismo que los arcos de la portería, escalera y campanario los construyó el ya citado maestro Julián Sánchez Carmona y lo de carpintería techo, coro, tribuna de órgano, puertas, ventanas y techos de la capilla y escalera hizo Fr. Gaspar Crespo.

Iglesia conventual de San Benaventura, vestigios de la reconstrucción acometida en la década de 1670.
En 1676 fue comisario visitador de las islas de Fuerteventura y Lanzarote el P. definidor Fr. Juan Domínguez, con su secretario el P. Casimiro de San Francisco, recoletos, quienes llevaron pinturas, aceites, pinceles y libras de oro con las limosnas que les había remitido el P. Gonzalo Temudo y con estas pinturas repararon las imágenes siguientes: El Niño Jesús, la Virgen de la Consolación que estaba en el altar mayor y que era la primera imagen de la virgen que tuvo la isla, San Francisco, San Juan Bautista, San Antonio. En la Iglesia de la Cueva renovaron las imágenes siguientes: San Diego que estaba en la parte de la epístola, San Diego de la Santa Cueva que está de rodillas, en cuyo pecho colocaron una reliquia de sus huesos. Esta reliquia la consiguió el provincial P. Salvador Perdomo, que en 1610 fue al Capítulo General de Roma y de regreso al pasar por Alcalá de Henares consiguió del P. General de dicha reliquia; más un pedazo de cordón del Santo, que se guardaba en el Convento de monjas de San Juan de la Penitencia de dicha ciudad. El P. Perdomo colocó dichas reliquias en un relicario que estaba en 1676 en el Real Convento de la Inmaculada Concepción de La Palma. De este relicario se sacó parte del hueso del Santo y se colocó en el pecho de la citada imagen del Santo y parte de su cuerda, que se colocó en el cojincillo sobre el cual se encuentra de rodillas San Diego.”
Durante el provincialato del P. Buenaventura Dávila, 1681-1684, falleció el P. Gonzalo Temudo, predicador y padre más antiguo, conforme comunicó el provincial en el capitulo de 24 de febrero de 1681.
Entre 1690 y 1694 se produjo el provincialato del P. Francisco Yanes, siendo guardianes de Betancuria el P. Antonio Correa y el P. Diego Cardo.
Durante el provincialato del P. Andrés de Abreu, 1694-1698, se produjo la visita del P. Jerónimo Muñoz, nombrado por el Comisario General en Madrid, el 9 de enero de 1697; el 30 de diciembre del mismo año despachó una patente convocando capítulo para el 8 de febrero de 1698, en La Orotava; razón por la que se nombró presidente de San Buenaventura al P. Ignacio Pires, predicador, que cesó al nombrarse guardián al P. José Martínez.
Entre 1698 y 1701 se produjo el provincialato del P. Diego Alfonso, siendo visitado por el P. Antonio Arbiol, nombrado el 5 de septiembre de 1700 como visitador apostólico de Canarias. Fue nombrado presidente de San Buenaventura el P. Domingo Crespo predicador.
De 1701 a 1705 fue provincial el P. Gregorio de San Diego González Bencomo, siendo visitada la Provincia por los PP. Buenaventura Dávila y Francisco de Castro. Ejerció de guardián en Betancuria el P. Juan Vélez [fallecido entre 1705 y 1708].
El P. Pedro Hernández de Abreu ejerció de provincial entre 1705 y 1708, apareciendo como guardián de San Buenaventura el P. Juan Pérez Vento.
Entre 1708 y 1711 fue provincial de Canarias el P. Andrés de Abreu y en este trienio visitó la provincia el comisario P. Pedro de Abreu. Convocó capítulo el 27 de mayo de 1711 en La Orotava y fue nombrado presidente in capite de San Buenaventura el P. Sebastián de Castro, predicador.
1711-1714, trienio del provincial P. Buenaventura Dávila. En su circular de 22 de noviembre de 1711 ordena se cumplan, entre otros, que los lectores de las casas de estudios enseñen las materias morales y las de la Regla y en los demás conventos los sujetos más aptos por él señalados… Recuerda que pronto se celebrará en España el capitulo general, al que hay obligación de mandar los vocales… sacándose de todos los conventos en proporción a los recursos de cada uno… A los conventos de Fuerteventura y Lanzarote, cuatrocientos reales a cada uno; cantidad que habrán de remitirse a los PP. Andrés de Abreu y Pedro de Abreu.
Siendo comisario visitador de este trienio el P. Andrés de Abreu, 1713, se nombra presidente in capite de San Buenaventura al P. Domingo Crespo, predicador, siendo guardián el P. Francisco Encinoso.
Siendo provincial el P. Pedro de Abreu, 1714-1715, el venerable Definitorio en capítulo de 21 de agosto de 1714 decidió que los conventos de Fuerteventura y Lanzarote, que tienen bastantes padres para ayudar a los párrocos en enseñar, predicar y ayudarlos y maestro de gramática, conserven el número de los doce sacerdotes de cada convento y aún los aumenten si lo pidieren los vicarios y que no se disminuya dicho número.
"...consta que por acuerdo de la isla de Fuerteventura con su regimiento (antiguo cabildo) y clero, se obligaron los isleños a guardar por día festivo bajo pecado mortal el día de San Buenaventura y a sacarle en procesión por las calles de la Villa con la autorización del Obispo Fray Juan de Guzmán, por su decreto de 2 de septiembre de 1626"

El P. Juan García fue Vicario Provincial desde 1716 a 1718, y el enero de 1716 dictó su primera circular donde, entre otras cosas, mandaba que para cobrar y recibir limosnas pecuniarias hubiese en cada convento una persona seglar y devota a quien se dará el hábito de terciario público, y que en cada convento haya un solo predicador conventual. Mandaba también que en cada convento hubiese un libro donde se copiasen las circulares, comenzando por la convocatoria del capitulo provincial de 27 de agosto de 1708, y otro libro de las Constituciones municipales, aprobadas en el capitulo provincial de Garachico en 27 de marzo de 1694.
En el provincialato del P. Juan García se produjo la visita del P. Sebastián Mansilla, quien señaló para celebrar capitulo el 14 de mayo de 1718, en el convento de San Lorenzo de La Orotava; nombrándose presidente in capite de San Betancuria al P. José Luís, predicador, por el guardián P. Antonio Ortega.
Entre 1719 y 1721 fue vicario provincial el P. Andrés Suárez, celebrando congregación en Puerto de la Cruz el 27 de enero de 1720. Asistió como comisario visitador de Canarias, el P. Francisco Aguilar, quien convoca capítulo desde Los Realejos el 22 de junio de 1721; fue nombrado presidente de San Buenaventura el P. Carlos Suárez, siendo guardián el P. José Luís, predicador jubilado, que precisamente murió en este trienio, al igual que el P. Domingo Camacho.
En el provincialato del P. Juan García, 1721-1724, ordenó el Definitorio que ningún religioso se haga cargo de la enseñanza de niños de escuela o de gramática sin que el prelado superior le señale. Son momentos de pobreza y extrema necesidad de los conventos a causa de la sequía, que la padecen no sólo los pobres, sino aún los ricos y propietarios y, con más razón, los religiosos que no pueden atender las necesidades de los enfermos ni de los sanos a pesar de la diligencia puesta para socorrerlos.
Se ordenaba también que cuando muriese un religioso el guardián con los discretos debía hacer inventario de los objetos de uso del difunto, asignando los libros a la librería, salvo los de devoción y menor  momento que se repartirán entre los religiosos quienes no los podrán enajenar fuera de la orden so pena de incurrir en pena por defraudadores de los libros de las librerías.
Fue comisario visitador del trienio el P. Andrés de Abreu, que convocó capitulo para el 26 de agosto de 1724 en La Orotava: En ausencia del guardián de San Buenaventura, P. Nicolás Oropesa y Torre se nombró presidente in capite al P. José Francisco Suárez, predicador.
Durante el provincialato del P. Andrés Suárez, 1724-1727, se ordenó que en todos los conventos hubiese lección de moral, asumiendo el encargo en Betancuria, el P. Diego de la Cruz, predicador. El Comisario visitador del trienio fue el P. Manuel Comendador, que convocó capítulo en La Orotava, para el 27 de septiembre de 1728: fue presidente in capite de San Buenaventura el P. Blas de Silva, predicador conventual, por el guardián P. Juan de Arbelo.
En el provincialato del P. Juan Mireles, 1727-1730, fue comisario visitador el P. Isidoro José Machado, que convocó capítulo para el sábado, 2 de septiembre de 1729, en La Orotava: actuó como presidente in capite de San Buenaventura el P. Antonio Vega.
Entre 1730 y 1731 falleció el provincial P. Joaquín Falcón, siendo elegido vicario provincial el P. Tomás de Castro para el periodo 1731-1733, en cuyo tiempo ejerció como comisario visitador el P. Juan Mireles, que convocó capítulo provincial para el sábado 23 de mayo de 1733, en La Orotava: fue presidente de San Buenaventura por ausencia del guardián, el P. Francisco Suárez, predicador conventual.
En el provincialato del P. Tomás de Castro, 1733-1736, actuó como comisario visitador el P. Alonso Carreño, que convocó capitulo provincial para celebrar en La Orotava el 22 de septiembre de 1736: presidente in capite de San Buenaventura el P. José Francisco Suárez, predicador conventual; siendo guardianes del trienio los PP. Francisco Encinoso y Blas Antonio de Silva, predicador jubilado y notario de provincia.
Durante este trienio fallecieron en Fuerteventura los PP. Manuel de la Rosa y Nicolás de Montes de Oca.
Durante el provincialato del P. Juan de Mireles, 1736-1739, actuó como guardián de San Buenaventura el P. Nicolás Oropesa y Torres.
En el provincialato del P. Martín de Ponte, 1739-1742, fue comisario visitador el P. Juan Mireles y presidente in capite de San Buenaventura el P. Cristóbal Perdomo, predicador general.
El provincial P. José Sánchez, que ejerció desde 1742 a 1745 ordenó que en el convento de San Buenaventura, por no haber estudios, se encargase de las conferencias morales, el P. Guardián de la casa.
En 1745 fueron comisarios visitadores de la Provincia los PP Martín de Ponte y Juan Mireles, que convocaron capítulo para el 21 de agosto de 1741 en La Orotava: actuó como presidente de Betancuria el P. José de la Concepción predicador conventual, por el guardián Cristóbal Perdomo.
En el provincialato del P. Juan Suárez de Quintana, 1745-1748, se nombró lector de moralidad de San Buenaventura al padre guardián y a Gaspar Vento, predicador general, que actuó como presidente in capite ante la convocatoria de capítulo por el comisario visitador P. José Sánchez. Fueron guardianes del trienio en Betancuria los PP. Miguel Álvarez de Oramas y Diego Báez.
En el provincialato del P. Gaspar de Palenzuela, 1748-1751, fue comisario visitador el P. Juan Rivero, que convocó capítulo a celebrar en San Lorenzo de La Orotava el 21 de agosto de 1751: presidente in capite de Betancuria, el P. Ángel Fuentes, predicador y lector de gramática; y guardianes del trienio los PP. Gaspar Vento y Miguel de Alcántara.
Entre 1751 y 1754 se desarrolló el provincialato del P. Manuel Martínez, quien, en su primera circular ordenaba que para resolver los casos de conciencia en Betancuria actuara el P. guardián Ángel Fuentes, y que los PP. Roperos vistieran a los religiosos de Hierro, Lanzarote y Fuerteventura con sayales tejidos en estas islas. Fue comisario visitador del trienio el P. Juan Suárez de Quintana, que convoca capítulo para el 28 de septiembre de 1754 en La Orotava: presidente in capite de Betancuria, el P. Manuel López de Aguilar, predicador conventual; actuaron como guardianes del trienio los PP. Pedro Benítez y Ángel Fuentes.
En este trienio falleció en Betancuria Fr. Esteban Barrios, lego.
Entre 1754 y 1757 ejerció su provincialato el P. José Sánchez, siendo sustituido a su fallecimiento por el P. Manuel de Almeida, vicario provincial en 1757. Durante el trienio fue visitador el P. José Herrera, que convocó capítulo para el 20 de agosto de 1757, por cuya razón se nombró, entre otros presidentes in capite al de Betancuria, P. Leandro Mederos, exlector de filosofía, resultando guardián del mismo convento el P. Pedro Benítez.
1757-1760, provincial de Canarias, el P. Antonio José Minguens, actuando como visitador el P. Pedro Romero, que convocó capítulo para el 5 de julio de 1760 en La Orotava; para ello fue presidente de Betancuria, el P. Pedro Ortega, predicador, y guardianes los PP. Francisco Vento y Miguel Alcántara.
Entre 1760 y 1763 fue provincial el P. Francisco Javier Juárez, actuando como visitador el P. Ignacio de los Ángeles Fierro, que convocó capítulo para el 9 de julio de 1763, por lo que fue presidente de Betancuria el P. Francisco Navarro Chil, y guardián del trienio en dicho convento el P. Francisco Vento.
En el trienio 1763-1766 ejerció su provincialato el P. Francisco de Santo Domingo Neda, siendo  visitador el P. José de Medina, que convocó capítulo para el 30 de agosto de 1766, nombrándose presidente de Betancuria al P. Diego Mederos, predicador jubilado, siendo guardianes del periodo los PP. Miguel de Alcántara y Miguel Jerónimo Naranjo.
De 1766 a 1769 fue provincial el P. Antonio Delgado Sol, en cuyo periodo presidió capítulo el comisario presidente P. Antonio Elvira, celebrado el 21 de octubre de 1769 en La Orotava. Fue presidente del convento de Betancuria el P. Antonio Pérez, predicador conventual, siendo guardianes del trienio los PP. Miguel Alcántara, Tomás Antonio de Cerpa y Sebastián de Cerpa.
Entre 1769 y 1772 fue provincial el P. Francisco Javier Juárez, visitando su jurisdicción el P. Marcos Moreno, quien prohibió a los religiosos pernoctar fuera del convento sin necesidad. Convocó capítulo para el 24 de octubre de 1772 en La Orotava, por cuya razón nombró presidente de Betancuria al P. Domingo Tomás Cubas, predicador, siendo guardián del trienio el P. Miguel Jerónimo Naranjo.
De 1772 a 1775 ejerció su provincialato el P. Jacob Antonio Delgado Sol, siendo visitado por el P. Francisco de Santo Domingo Neda, que convocó capítulo provincial para el 21 de octubre de 1775 en La Orotava, para lo que nombró presidente de Betancuria al P. Diego Mederos, predicador, ejerciendo como guardián del trienio el P. Sebastián Martínez.
Entre 1775 y 1778 fue provincial el P. Francisco Javier Juárez, siendo visitada su jurisdicción por el P. Jacob Antonio Delgado Sol, que convocó capítulo para el 22 de agosto de 1778, en La Orotava, para lo que se nombró presidente de Betancuria al P. Lorenzo de la Fuente Valerón, siendo guardián del trienio el P. Tomás de Cerpa (1778).
De 1778 a 1781 ejerció su provincialato el P. Pedro de Lara, siendo visitada la provincia por el P. Francisco Javier Juárez, quien convocó capitulo a celebrar el 25 de agosto de 1781 en La Orotava, para lo que se nombró presidente de Betancuria al P. Tomás de Cerpa, predicador jubilado, siendo guardián el P. Lorenzo de la Fuente, predicador jubilado.
Entre 1781 y 1784 se sucedieron en la provincia el P. Jacob Antonio Delgado Sol, que murió en 1782 y el P. Bartolomé Lorenzo, que le sustituyó como vicario provincial por acuerdo del definitorio de 4 de abril del último año citado, hasta 1784. En este trienio fue guardián del convento de Betancuria el P. Lorenzo Rivero Ruiz.
De 1784 a 1787 ejerció su provincialato el P. Pascual Ferrer, convocándose capítulo para el 25 de agosto de 1787 en La Orotava, para lo que se nombró como sustituto del superior de Betancuria al presidente P. Antonio García, predicador conventual.
Entre 1787 y 1790 se sucedieron en el gobierno de la provincia el P. Pedro de Lara, que falleció en este periodo, siendo sustituido por acuerdo del definitorio de febrero de 1790 por el vicario provincial P. Bartolomé Lorenzo; se celebró capítulo para el 21 de marzo de 1790, para lo que se nombró presidente de Betancuria al P. Mateo Cruz, predicador, siendo guardianes de la Villa en este tiempo los PP. Antonio García, Diego Antonio y Agustín de Sosa y Torres.
De 1790 a 1793 ejerció su provincialato el P. Bartolomé Lorenzo, quien nombró presidente del capítulo convocado para el 24 de agosto de 1793 al P. Juan Gabriel González; durante la convocatoria ejerció presidente de Betancuria el P. Marcos Jiménez, predicador, siendo guardián el P. Antonio de la Cámara Borjas. Durante el trienio visitó Fuerteventura el obispo Antonio Tavira y Almazán, en cuyo diario de visita pastoral anotó que en la isla había 7 religiosos.
Entre 1793 y 1796 fue provincial de Canarias el P. Francisco Albertos, quien en 24 de octubre de 1795 nombró al P. Bartolomé Lorenzo para comisario presidente del capítulo que se debía celebra el 20 de agosto de 1796. Fue entonces presidente de Betancuria el P. Marcos Jiménez, predicador.
De 1796 a 1799 ejerció el provincialato el P. Pedro José García Sánchez, quien nombró  comisario presidente del capítulo a celebrarse el 30 de agosto de 1799 al P. Ignacio Rodríguez Ruiz, siendo presidente in capite de Betancuria el P. Marcos Jiménez, predicador.

La luz comienza a extinguirse en el cenobio de Betancuria...
Entre 1799 y 1802 fue provincial de Canarias el P. Antonio Tejera. El Padre General de la Orden, en 13 de julio de 1801, autorizaba al provincial para convocar y presidir el capitulo, dispensando la visita previa de los conventos porque sería difícil y costosa por la pobreza. Lo convocó para celebrarse el 28 de agosto, en Garachico, quedando nombrado presidente in capite de Betancuria el P. Agustín de Sosa, predicador conventual.
De aquel capítulo salió electo provincial el P. José de Escobar que ejerció el cargo entre 1802 y 1805. Para el capítulo de 31 de agosto de 1805, en la Orotava se nombró presidente in capite de Betancuria al P. Marcos Jiménez, predicador jubilado., siendo guardián el P. Antonio Estrada.
De 1805 a 1808 ejerció su provincialato el P. Pedro José García Sánchez, que convocó capítulo para el 3 de septiembre de 1808 en Garachico. Fue presidente in capite de Betancuria el P. Marcos Jiménez, predicador jubilado, siendo guardián el P. Juan de San Agustín Vasconcellos, presidente absoluto.
Entre 1808 y 1812 fue provincial el P. Antonio Tejera, quien convocó capitulo para el 22 de agosto de 1812, para lo que se nombró presidente in capite de Betancuria al P. Marcos Jiménez, predicador jubilado.
De 1812  1815 ejerció su provincialato el P. Domingo José Delgado, convocó capítulo para el 23 de septiembre de 1815, nombrándose presidente in capite de Betancuria al P. Marcos Jiménez, predicador jubilado.
Entre 1815 y 1818 ejerció su segundo provincialato el P. Antonio Tejera, quien hace pública el 3 de febrero de 1816 una Real Orden de 19 de noviembre del año anterior, remitida por el Intendente de las Islas, para que se instituyesen en los conventos escuelas de primeras letras; luego se publicaría otra orden del Patriarca de Indias que disponía que las religiosas tuvieran escuelas de niñas. La educación cristiana y primeras letras fue encomendada a los conventos franciscanos de España… Celebro capítulo provincial el 29 de agosto de 1818, siendo presidente in capite de Betancuria el P. Francisco Juan Gómez y guardián el P. Francisco Gómez.
De 1818 a 1821 ejerció como provincial de Canarias el P. Domingo José Delgado. Son los tiempos en que el Jefe Superior Político de Canarias en nombre de la Diputación pedía al P. Provincial un préstamo de ocho o diez mil pesos. En cumplimiento de las órdenes de 29 de octubre y 4 de noviembre de 1820 se presentaron en la capital de Fuerteventura los encargados de hacer el inventario del convento de San Buenaventura al P. Guardián Fray Francisco Gómez y formaron relación entre 30 de diciembre y 2 de enero de 1821: había entre otras cosas “una huerta de una fanega de tierra murada con un albercón de agua en el barranco y en la iglesia un arca de cedro pequeña con sus abrazaderas de plata, en la que se custodiaban los huesos del siervo de Dios, Fr. Juan Torcaz. Fue suprimido el convento en agosto de 1821 y devuelto al P. Francisco Gómez en enero de 1832”.
Durante el periodo 1820-1828 ejerció el gobierno de la provincia el P. Domingo José Delgado, lego comisario provincial. Durante este tiempo la Regencia del Reino de España, en 11 de junio de 1823 derogó todo lo obrado por el Gobierno Constitucional, ordenando que las cosas volvieran al estado anterior al 7 de marzo de 1812. Pero el P. comisario Provincial encontró  muchas dificultades en la apertura y conservación de los conventos por la falta de religiosos y medios económicos. El 20 de julio de 1825 escribía el P. Provincial al Sr. Intendente para que entregase los conventos de Fuerteventura y Lanzarote y el 11 de octubre del mismo año fueron entregados por la Administración de Provincia de Reales Rentas Unidas los ocho archivos de conventos que hallaban cerrados, entre ellos el de Betancuria.
El 11 de enero de 1827 aparece como religioso secularizado con breve y que moraba en Betancuria, el P. Francisco Manuel Gómez.
En capítulo celebrado el 16 de febrero de 1828 fue electo provincial de Canarias el P. José Escobar, para el periodo 1828-1831, siendo comisario visitador de la provincia el P. Juan Guerrero.
Y entre 1831 y 1835 ejerció como provincial de Canarias el P. Manuel Illán. Durante la congregación, el 1 de enero de 1833 el P. Francisco Gómez, prelado del convento de San Buenaventura de Betancuria, sacó una copia autenticada de un privilegio concedido a la iglesia de San Buenaventura a favor del altar de San Diego, por Urbano VIII el 20 de abril de 1627 y firmado en Santa María la Mayor, que consiste en que se pudiese ganar en el altar de San Diego una indulgencia plenaria en las misas que se celebraren en su día y octava.
En virtud del Real Decreto de 25 de julio de 1835 y conforme a lo acordado por la junta celebrada en 12 de octubre de dicho año por los señores intendente, gobernador civil, provisor y prelados de la Provincia, quedó suprimido el convento y entregado al poder civil. Fue superior de Betancuria en este último provincialato el P. Antonio Bello y Francisco Gómez, estando éste encargado de la parroquia de la Villa en 1837.
En las subastas que a raíz de las desamortizaciones del XIX fueron publicadas en el Boletín Oficial de Canarias se repitió una y otra vez la casa franciscana de Betancuria; se la tasó junto a su huerto y su iglesia y el anuncio de su venta se arrastró sin que nadie optase por adquirirla, como si se respetara aquel rincón de nuestra historia y su significado. Así fue hasta fechas relativamente recientes en que la finca o paraje de los conventos se inscribió en el registro oficial correspondiente a favor de la Iglesia Católica.
Las órdenes religiosas quedaron extinguidas en Canarias, volviendo los franciscanos a las islas en 1904, a instancias del obispo José Cueto, instalando su primer convento en Las Palmas de Gran Canaria, al que siguieron el de Puerto de La Luz, La Laguna y Santa Cruz de Tenerife.

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Fuentes de interés para la genealogía en Fuerteventura

Registros sacramentales de las parroquias de la isla de Fuerteventura, siglos XVI-XX De interés para los estudios genealógicos y búsqueda de ancestros en una de las Canarias. Los archivos: Fechas Registros Parroquias (Sede del archivo) signatura 1587-1609 Bautismos, libro 1 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 1 1591-1655 Bautismos, libro 2 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 2 1640-1669 Bautismos, libro 3 y 4 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 3 1669-1686 Bautismos, libro 5 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 4 1686-1698 Bautismos, libro 6 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 5 1698-1714 Bautismos, libro 7 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 6 1714-1732 Bautismos, libro 8 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 7 1732-1744 Bautismos, libro 9 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 8 1744-1758 Bautismos, libro 10 N.S. La Concepción Betancuria (Antigua) 9

La fiesta de San Buenaventura, recordando al pueblo majo

Ante la conmemoración de la incorporación de Fuerteventura a la Corona de Castilla, la celebración del Día del Pueblo Majo. Aquella mañana de julio parecía que hasta el Morro de Velosa contuviera su aliento; las piedras, calientes tras varios días de calor, condensaron el aíre fresco que, como por arte de magia, se hacía visible en forma de borbotones de algodón que caían sobre el Llano de Arriba. Estandartes y gallardetes tremolaban con la dificultad de aquellos húmedos cielos. Todo el Valle de Valtarajal pareció enmudecer; callaron los balidos de los ganados, los cuervos pusieron una nota de luto y hasta los guirres ascendieron a los cielos dando giros lentos y, jugando con el viento, ascendían tan alto que parecían alejarse para no prestar sus plumas para sellar el acuerdo que junto a las aguas del barranco pretendían firmar vencedores y vencidos. Vestigios aborígenes cerca de la Atalaya de Pozo Negro. Foto Paco Cerdeña /Cuaderno de Puerto de Cabra s Aquel catorce de julio se dilapi

El buque Juan Sebastián Elcano en Puerto de Cabras

La visita del buque escuela "Juan Sebastián Elcano", 1929. El 21 de agosto fondeaba en la bahía de Puerto de Cabras el buque escuela de la Armada Española Juan Sebastián Elcano. Hacía menos de un año de su botadura y éste era su segundo crucero de instrucción. Tan alto honor para con la capital de Fuerteventura mereció un agasajo por parte de las fuerzas vivas de la localidad que convidaron a oficiales y guardiamarinas a la fiesta que se les brindó en el Casino que entonces se encontraba en la casa Manrique, hoy en ruinas frente al mercado municipal. Alumbrados con la electricidad que generaba la propia institución local, hubo fiesta hasta altas horas de la noche del día 23 de agosto de aquel año y los sones de la música se escaparon por los ventanales de aquel edificio para derramarse sobre los barquillos y sobre la arena de la playa del muelle chico. La foto del libro "Puerto del Rosario, cien años en la memoria", editado en 2000, recoge la segunda visita

Carta sobre el agua en Puerto de Cabras, octubre de 1909

Recientemente hemos recibido correspondencia del viejo Puerto de Cabras. Unas letras que nos manda un viejo amigo, Manuel Déniz Caraballo quien, como sabemos, viene haciéndose cargo de la escuela de niños de la localidad junto a otras muchas actividades.  En esta ocasión nos habla del agua, un tema que, hoy como ayer, en Fuerteventura, nos arrolla en el desconcierto. Apenas hará cinco años que llegó el Batallón Cazadores a Fuerteventura, yo llegué -me dice el señor Déniz- al año siguiente, en 1905 creo recordar. Hoy que celebramos la llegada del telégrafo -comentaba el viejo maestro-, sufrimos con el abastecimiento de agua a la población. Por todas partes se extiende la crítica de que si se vende el agua que llega en barricas a bordo de angarillas de camello o en la panza de los correíllos... La prensa -remata- no ayuda a esclarecer qué está pasando con el agua. Don Manuel Déniz intentaba justificar a los gestores municipales de Puerto (el cabildo aún no había llegado), entonces respon